AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



lunes, 31 de enero de 2011

Lee esto, por favor...

Hace un par de entradas, comentaba algo sobre sacar lo que se tiene dentro, en la intimidad, para que no haga daño -pero ojo, que no van los tiros por el psicoanálisis, es algo más cordial y accesible-. Pues dándole alguna vuelta más, llego a la conclusión de que, en esto de la escritura, es vital que haya alguien al lado al que decir "Lee esto, por favor..." Ya sé que es un arma de doble filo, que puede terminar cortándote. Es delicado.

Es verdad que escribes para expresarte, pero también para comunicarte. Que quieres rayar en esa área común de humanidad y buen sentido que supones a todo lector, pero también que hay muchas variables que hacen distinta a cada persona. Que siempre dices más o menos, o de más o de menos, de lo que quieres decir y finalmente dices -me gusta figurarme un dial oscilando nerviosamente, nunca definitivamente estacionado, aunque dentro de una banda de aceptabilidad y con unos extremos borrosos-. Que el lector al que confías tus líneas está obtuso tras un día pesadito, o demasiado lúcido -un exceso de luz también es peligroso (ya lo vimos en la Ilustración)-. Que uno puede estar buscando una gratificación sentimental, por encima de todo, pero que puede encontrarse una coz. Es delicado.

Pero necesario.